Se pueden ir al diablo. Porque no les importa nada, porque tengo que hacer algo que en realidad no me corresponde ni una
pisca mas que a ellos, porque son así. Les da lo mismo, no tienen noción de lo que está bien, lo que sería mejor hacer, lo que haría un poco mejor a la otra persona, lo que los beneficia a ellos mismos. Al final no son más que una sarta de inconscientes desinteresados que lo único que les importa es lo que entra en el reducido horizonte de sus miseros cerebros
egoístas. No se merecen más que un sentimiento de pena y lástima. En realidad, en este caso, no se merecen ni un centavo.
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